- Enero 22, 2016
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- Categories: Emprendimiento, Gestión, Legal
Las actividades comerciales normales de una empresa como son los pagos de compras, el pago de sueldos o cualquier tipo de inversión para nuevos proyectos pueden requerir de una buena liquidez por parte de sus dueños y/o socios. Para conseguir estos recursos de manera inmediata una buena opción es el factoring o factoraje.
Al momento de adjudicarse un trabajo o nuevo contrato, hay veces que se fijan plazos para el pago de las facturas de hasta 60, 90 o más días con los clientes, lo que puede llegar a generar problemas de liquidez. También, en otras ocasiones, debido a que se han empezado nuevos proyectos que pueden llegar a requerir grandes compras o incluso tener que hacer nuevas contrataciones, el hecho de pagar la nómina del personal puede llegar a ser un dolor de cabeza a fin de mes. Con el factoring la empresa podrá contar con recursos de forma inmediata mediante la cesión de sus facturas emitidas a plazo.
¿Qué es el factoring?
El factoring o factoraje consiste esencialmente en ceder facturas emitidas para ser cobradas a plazo con el fin de obtener el monto de la factura menos una comisión que se llevará la empresa de factoring.
Es una buena alternativa de financiamiento para pequeñas y medianas empresas, las que a su vez son las que más utilizan este tipo de servicio de financiamiento en Chile.
En Chile, está regulada bajo la Ley 19.983, promulgada el 15 de abril del año 2005 (la cual ha tenido varias modificaciones posteriores). Esta ley establece todas las reglas y normativas que rigen las operaciones de factoring y determina, por ejemplo, que las facturas tienen un plazo de 30 días de vencimiento a menos que se estipule otro plazo al momento de la compraventa del bien o servicio.
La Superintendencia de Valores y Seguros es el organismo encargado de aplicar esta ley a todas las empresas y entidades que utilicen este recurso financiero.
Tipos de factoring más comunes
Factoring convencional
En función del tipo de acuerdo firmado por la empresa y la entidad de factoraje se pueden clasificar como:
- Factoring sin recurso: Corresponde a la modalidad más empleada por pequeñas y medianas empresas. La principal característica de este tipo de factoraje es que la entidad factor, es decir la que presta el servicio de factoring, asume el riesgo en caso de no pago por parte del deudor de la factura.
- Factoring con recurso: Cuando es la empresa que contrata el servicio de factoring la que asume el riesgo de insolvencia por parte del deudor de la factura.
- Factoring con notificación: El deudor de la factura es notificado de la cesión de los derechos de cobranza a la entidad financiera, por lo que una vez concluido el plazo fijado, este le pagará a dicha entidad según los términos establecidos.
- Factoring sin notificación: El deudor de la factura no tiene conocimiento de la cesión de los derechos de cobranza a la entidad financiera, por lo que pagará a la empresa.
- Factoring de agencia: En este caso, la empresa que cede la factura puede ser nombrada como agente de cobranza por parte de la entidad financiera, encargándose esta de recibir el pago de la factura y entregando a la entidad la cantidad estipulada en el contrato de factoring.
- Factoring con/sin globalidad: En ciertos casos de factoraje, el contrato requerirá que la empresa ceda la globalidad de los cobros de la facturación sobre uno o varios deudores en una misma operación.
Factoring de exportación
Este es útil para las empresas que tienen operaciones en el extranjero y desean ahorrarse el tiempo de espera para el pago de sus servicios por parte de sus clientes. También le sirve a empresas que tienen su casa matriz en un país diferente al que operan comercialmente por cuanto estas buscarán cambiar a las divisas locales los montos de las facturas emitidas.
Reverse factoring
En este caso, el objetivo que se busca no es obtener liquidez inmediata, sino que al momento del acuerdo de factoraje la empresa encomienda a la entidad financiera el pago de sus proveedores. Usualmente se usa para cumplir plazos establecidos con estos y así no incurrir en morosidades y posibles multas o intereses. Al momento de cobrarse la factura, la entidad pagará a la empresa la diferencia restante incluyendo también la respectiva comisión.
Factoring compartido
Corresponde a cuando dos o más entidades se reparten los derechos de los pagos de la o las facturas dentro de una misma operación. Las entidades trabajarán en conjunto para desarrollar los cobros a los clientes del o los cedentes de las facturas.
Beneficios del factoring para la empresa
- Entregar liquidez a la empresa: Hace que la empresa cuente con recursos inmediatos para continuar con sus negocios y operaciones en general.
- Ayuda a ordenar los recursos financieros: Permite anticipar pagos y tener un mejor orden de las operaciones financieras de corto, mediano y largo plazo, lo que mejora la gestión de la empresa.
- No hay registro financiero: Al no quedar registrado como deuda en el sistema financiero, se puede optar a la obtención de créditos bancarios de forma paralela.
- Externaliza los cobros: Ayuda a librarse de engorrosos procesos de cobranza. Esto agiliza las gestiones de la empresa. Una entidad especializada se encargará de cobrar, lo que mejora los índices de morosidad. También se podrá prescindir de personal interno para cubrir esta área.
- Ayuda a mejorar los índices financieros: Permite hacer el cambio de ventas a crédito a ventas al contado, por lo que al tener un mejor flujo de caja se pueden alcanzar las metas u objetivos financieros en menores plazos, lo que mejora los números de la empresa.
Como desventaja se podría considerar el costo del servicio que, dependiendo de la entidad financiera con la que se suscribe el factoring y el tipo de transacción, puede llegar a ser importante. También en el caso de las operaciones de factoraje con recurso, la empresa debe asumir el riesgo en caso de no pago por parte del deudor del documento.
El factoring es una útil herramienta para las pequeñas y medianas empresas que buscan alternativas de financiamiento y que cuentan con facturas emitidas para ser cobradas a plazo.